jueves, 7 de mayo de 2009

ALGUNAS IDEAS FILOSOFICAS DE JASPERS


La filosofía está interesada en los tres aspectos correspondientes al ser
o Estar ahí: esto refiere al mundo objetivo, conocido mediante la observación y el experimento
o Ser uno mismo: remite a la existencia personal del que tiene libertad asumiendo la historicidad afirmando en la decisión y la elección
o El ser en sí: hace alusión a la trascendencia del mundo, manifestada en el mundo e inseparable de él
El estar ahí, el ser uno mismo y el ser en si son aspectos que a la ciencia le resultan inaccesibles investigar sobre ellos.
Al referirse a la cuestión del origen del sí mismo, Jaspers responde a esta pregunta sobre QUE SOY diciendo que no puede ser enteramente reducido o identificado en el ámbito corporal, el lugar en la sociedad, las acciones que se llevan a cabo o el carácter que se manifiesta en todos los aspectos del ser. De trasfondo se encuentra la libertad, la posibilidad de decisión sobre lo que se desea ser.
Por lo tanto, la existencia es la activa elección de ejercer la libertad. Por eso, como dice Jaspers "... si yo no vengo a mí mismo a ejercitar mi libertad en el ámbito de ser uno mismo, me quedo sin el ámbito del estar ahí, me quedo en una cosa.."
Por ende el vacío de la libertad, el reconocimiento de que no se pudo hallar a sí mismo en los aspectos mas objetivos de la existencia y que uno es la posible existencia manteniéndose en el nivel de SER UNO MISMO, es la conciencia de la propia esencia.
Junto con esta esencia se fundan las decisiones y los compromisos, la elección es existencial y absoluta. El fundamento consistente de la elección espontánea es el de la propia historia.
Jaspers considera que más allá de las primeras decisiones conscientes por las cuales la persona se constituye a sí misma al nivel de SER UNO MISMO, hay un "yo" original que esta arraigado a un cuerpo, un temperamento, una disposición y que ocupa una situación concreta en la historia.
El yo que existe en el nivel de ESTAR AHÍ, no se puede elegir ya que esta dado y solo resta asumirlo. Adoptarlo como YO.
Por otra parte el autor dice que yo no soy yo mismo mas cuando me poseo y que esto solo se produce mediante la reflexión que plantea la cuestión de saber quien soy yo ya que me conduce a buscarme en el juicio mismo que yo hago de mí.
Permite entrar en contacto con la fuente del ser por la cual se verifican los actos, motivos y sentimientos respondiendo a la incógnita sobre la autenticidad del estar en ellos.
Comunicación
Según Jaspers es uno de los conceptos claves en su propia filosofía. Por eso es que el filosofo asegura que EL SER UNO MISMO no es real sin la comunicación. Lo mismo sucede con la libertad vacía, no es real sin manifestarse en la elección. La libertad no llega a realizarse sin el actuar libre del otro.
Por lo tanto la comunicación se revela como la condición misma de la libertad. Ser libre es comunicación de la propia libertad con la del otro.
Uno se convierte en sí mismo y trae al otro a sí mismo al abrirse a uno mismo a él, en esta comunicación se comparte la singularidad autentica de cada persona.
La comunicación se establece entre personas que participan en una común ordenación del mundo y colaboran en tareas comunes que humanizan las relaciones entre individuos, pero la comunicación no reside en este trato, sino que surge de él.
El otro queda constituido para mí como persona mediante mi acción de ser plenamente mi mismo, es decir, la comunicación se da en el mundo de SER UNO MISMO.
Es por esto que la comunicación es la más esencial de las tareas existenciales, es el precioso y más frágil de los logros posibles.

Libertad – Elección – Historicidad
En lo que respecta a la elección, Jaspers afirma que: "... no hay elección sin decisión, no hay decisión sin voluntad, no hay voluntad sin deber, no hay deber sin ser.
Cuando la persona tiene que elegir, se rompe la determinación objetiva del ESTAR AHÍ y se constituye un YO condicionado, siendo esta la cumbre de la existencia personal del SER UNO MISMO. La persona busca constantemente renovar la autenticidad de SÍ MISMO en libertad.
Según Jaspers no existe una libertad absoluta. Para el autor, toda libertad concreta implica lucha y conflicto y por lo tanto se ve constantemente limitada.
En las elecciones, el YO conociendo su libertad y la responsabilidad que esta conlleva adopta las leyes de sus propias disposiciones que le permiten hacerse a sí mismo.
Por ende, la ley es un medio, una mediación explicativa y no reductora de las posibilidades, pero no justifica la decisión personal.
Jaspers comenta sobre las limitaciones que se dan en la situación en el mundo, diciendo que esta situación no pede ser compartida y solo puede ser conocida desde adentro.
Es necesaria una aceptación de estas situaciones, la historicidad del individuo y de la situación.
Para el autor, es necesario hacerse cargo del lugar de uno en la verdadera situación humana en el mundo es dedicarse a las tareas de la vida en el mundo sin ilusión y tomando sobre sí mismo la muerte, el sufrimiento, el conflicto y la falta de ataduras y límites para la búsqueda de la TRASCENDENCIA (SER EN SÍ MISMO.
Trascendencia
El autor rechaza tanto la religión como al ateismo. En cuanto a la religión y su rechazo sus fundamentos se centran en la proclamación autoritaria y garantía que la religión da sobre las experiencias de la trascendencia y por que mantiene la idea de un más allá que es otro mundo.
Jaspers considera que la trascendencia es una vista total del mundo.
Es un misterio de la existencia. No hay demostración posible y eficaz de la existencia del trascendente, más allá de las demostraciones fundadas en la razón o de las demostraciones dadas por las sagradas escrituras.
Para Jaspers el mundo es un "texto secreto" que es únicamente inteligible para la existencia personal y por cada cual para sí mismo. Solo hay fe en el SER EN SI, ya que es la que sostiene y orienta el esfuerzo de SER UNO MISMO y esta fe se encuentra en los limites del logro y del fracaso.
El fracaso no debe llevarnos a la pasividad, ya que debe hacer posible la actividad misma, se debe creer en algo para hacer cosas.
En el mundo, en la historia, en las relaciones con otros hombres, en el sufrimiento, en la familia, en la amistad, en la ley y en las presiones es que se puede llegar a realizar el YO PERSONAL.
Los tres ordenes del ser (ESTAR AHÍ, SER UNO MISMO, y EL SER EN SI), se limitan, se rompen y se interpretan el uno al otro.
Cada uno es falso salvo en relación con otros.
Por todo esto es que esta manera de interpretar los tres ordenes del ser es la pista para alcanzar el sentido tanto de la Filosofía como de la vida.
"El hombre no es un ser racional: se hace racional, cada vez más, en la existencia concreta de cada día"

domingo, 26 de abril de 2009

¡CONCIENCIA PARTE DEL SENTIDO EXISTENCIAL?


Conciencia y centrado
Lo primero que debes comprender es qué significa la conciencia. Vas andando. Eres consciente de muchas cosas: de las tiendas, de la gente que pasa a tu lado, del tráfico, de todo. Eres consciente de muchas cosas, sólo eres inconsciente de una cosa... y esa cosa eres tú. Vas andando por la calle, eres consciente de muchas cosas, ¡y sólo no eres consciente de ti mismo! A esta conciencia de uno mismo, Gurdjieff la llama «recordarse a uno mismo». Dice Gurdjieff: «Constantemente, estés donde estés, recuérdate a ti mismo.»

Hagas lo que hagas, por dentro debes seguir haciendo una cosa continuamente: ser consciente de que tú lo estás haciendo. Si estás comiendo, sé consciente de ti mismo. Si estás andando, sé consciente de ti mismo. Si estás escuchando, si estás hablando, sé consciente de ti mismo. Cuando estés irritado, sé consciente de que estás irritado. En el momento mismo en que aparezca la ira, sé consciente de que estás irritado. Este constante acordarse de uno mismo crea en ti una sutil energía, una energía muy sutil. Empiezas a ser un ser cristalizado.

Normalmente, no eres más que una bolsa floja. No hay cristalización, no hay verdadero centro... sólo algo líquido, solo una floja combinación de muchas cosas sin ningún centro. Una multitud que cambia se mueve constantemente, sin ningún jefe. La conciencia es lo que te convierte en jefe... y cuando digo jefe no me refiero a un controlador. Cuando digo jefe me refiero a una presencia... una presencia continua. Hagas lo que hagas, y aunque no hagas nada, una cosa debe estar constantemente en tu conciencia: que tú eres.

Esta simple sensación de ser uno mismo, de que uno es, crea un centro, un centro de quietud, un centro de silencio, un centro de dominio interior. Es una potencia interior. Y cuando digo «una potencia interior» quiero decir eso al pie de la letra. Por eso los budas hablan del «fuego de la conciencia». Es un fuego. Si empiezas a hacerte consciente, empiezas a sentir en ti una nueva energía, un nuevo fuego, una nueva vida. Y gracias a esta nueva vida, nuevo poder, nueva energía, muchas cosas que te estaban dominando se disuelven. Ya no tienes que luchar con ellas.

Tienes que luchar con tu ira, con tu codicia, con tu sexo, porque eres débil. En realidad, la codicia, la ira y el sexo no son los problemas; el problema es la debilidad. En cuanto empiezas a ser más fuerte por dentro, con una sensación de presencia interior -cuando sientes que eres-, tus energías se van concentrando, cristalizan en un punto único y nace un yo. Recuerda, no un ego, sino un yo. El ego es una falsa sensación del yo. Sin tener ningún yo, sigues creyendo que lo tienes... eso es el ego. El ego es un falso yo... no eres un yo, pero aun así crees que eres un yo.

Malungputra, un buscador de la verdad, acudió a Buda. Buda le preguntó:
-¿Qué andas buscando?
-Busco mi yo: Ayudame -dijo Malungputra.
Buda le pidió que prometiera hacer todo lo que se le indicara.
. Malungputra se echó a llorar y dijo:
-¿Cómo voy a prometer nada? No soy. Todavía no soy,- así que ¿cómo puedo prometer? No sé lo que voy a ser mañana. No tengo ningún yo que pueda prometer, así que no me pidas imposibles. Lo intentaré. Eso es lo máximo que puedo decir, que lo intentaré. Pero no puedo decir que haré lo que tú me digas, porque ¿quién va a hacerlo? Lo que busco es eso que puede prometer y cumplir una promesa. Todavía no lo soy.
-Malungputra -dijo Buda-, te he pedido eso para oír esto. Si hubieras prometido, te habría rechazado. Si hubieras dicho: «te prometo que lo haré», yo habría sabido que no eres un auténtico buscador de la verdad, porque un buscador debe saber que aún no es. De lo contrario, ¿qué sentido tendría buscar? Si ya eres, no hay necesidad; ¡No eres! Y si uno puede sentir eso, el ego se evapora.

El ego es un concepto falso de algo que no está ahí. «YO» significa un centro que pueda prometer. Este centro se crea estando continuamente consciente, constantemente consciente. Sé consciente de que estás haciendo algo... de que estás sentado, de que te vas a dormir, de que te está llegando el sueño, de que estás cayendo. Intenta ser consciente en todo momento, y entonces empezarás a sentir que en tu interior nace un centro. Las cosas han empezado a cristalizar, se están centrando. Ahora todo está relacionado con un centro.

No estamos centrados. A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que una situación nos hace conscientes. Si de pronto se produce una situación muy peligrosa, empezarás a sentir un centro dentro de ti, porque cuando estás en peligro te vuelves consciente. Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar; en ese momento no puedes seguir inconsciente. Toda tu energía está centrada, y ese momento se vuelve sólido. No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro... este momento concreto se convierte en todo. Y entonces no sólo eres consciente del asesino, sino que te haces consciente de ti mismo, el que va a ser asesinado. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.

Por eso los deportes peligrosos tienen su atractivo.

Pregúntale a alguien que haya subido a la cima del Gourishankar, del monte Everest. Cuando Hillary llegó allí por primera vez, debió de sentir de repente un centro. Y cuando alguien llegó por primera vez a la luna, debió de experimentar una repentina sensación de centro. Por eso el peligro tiene atractivo. Vas conduciendo un coche, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar; los pensamientos cesan. Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. Entonces el presente se vuelve sólido. En ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces súbitamente consciente de un centro en tu interior. El peligro tiene atractivo únicamente porque en algunas situaciones peligrosas te sientes centrado.

Nietzsche dijo en alguna parte que la guerra debe continuar porque sólo en la guerra se siente a veces el yo -se siente un centro-, porque la guerra es peligro. Y cuando la muerte se convierte en una realidad, la vida se vuelve intensa. Cuando la muerte anda cerca, la vida se vuelve intensa y tú estás centrado. En cualquier momento, cuando te haces consciente de ti mismo hay un centrado; pero si es una situación lo que lo ha provocado desaparecerá cuando cese la situación.

No debe ser algo situacional, debe ser interior. Así pues, procura estar consciente en toda actividad normal. Inténtalo cuando estés sentado en tu butaca: sé consciente del que está sentado. No sólo de la butaca, no sólo de la habitación, de la atmósfera que te rodea... sé consciente del que está sentado. Cierra los ojos y siéntete; profundiza y siéntete.

Eugen Herrigel estaba aprendiendo con un maestro zen. Estuvo tres años aprendiendo tiro con arco, y el maestro siempre le decía: «Bien. Lo que haces está bien hecho, pero no es suficiente.» Herrigel se convirtió en un maestro arquero. Su puntería llegó a ser perfecta al cien por cien, y el maestro seguía diciéndole: «Lo haces bien, pero no es suficiente.»
-¡Con una puntería cien por cien perfecta! -decía Herrigel-. Pero ¿qué esperas de mí? ¿Cómo puedo mejorar más? Con una puntería cien por cien perfecta, ¿cómo puedes esperar más?
Se dice que el maestro zen le respondió:
-A mí no me interesa tu pericia con el arco ni tu puntería. Me interesas tú. Te has convertido en un técnico perfecto. Pero cuando tu flecha sale del arco no eres consciente de ti mismo, así que no sirve de nada. No me interesa si la flecha da en el blanco. ¡Me interesas tú! Cuando la flecha sale disparada del arco, también por dentro debe dispararse tu conciencia. Aunque no acertaras en el blanco, no tendría importancia, pero donde no debes fallar es en el blanco interior, y en ese estás fallando. Te has convertido en un técnico perfecto, pero eres un imitador.
Pero para una mente occidental o, mejor dicho, para una mente moderna -y la mente occidental es la mente moderna-, es muy difícil concebir esto. Parece un absurdo. En el tiro con arco lo que interesa es la eficiencia de puntería del individuo.
Con el tiempo, Herrigel se desanimó y un día dijo:
-Lo dejo. Me parece imposible. ¡Es imposible! Cuando apuntas a un blanco, tu conciencia va al blanco, al objeto, y si quieres ser un buen arquero, tienes que olvidarte de ti mismo, recordar sólo el objetivo, el blanco, y olvidarte de todo. Sólo debe existir el blanco.
Pero el maestro zen le forzaba continuamente a crear otro blanco en su interior. La flecha debe ser una flecha doble: que apunte hacia el blanco exterior y apunte continuamente al blanco interior... al yo.
Herrigel dijo:
-Me marcho. Me parece imposible. No puedo cumplir tus condiciones.
Y el día de su partida, Herrigel estaba sentado. Había ido a despedirse del maestro, y el maestro estaba apuntando a otro blanco. Había otro aprendiz, y por primera vez Herrigel no estaba implicado; sólo había ido a despedirse y esperaba sentado. En cuanto el maestro terminara su lección, él se despediría y se marcharía. Por primera vez no estaba implicado.
Pero entonces, de pronto, se hizo consciente del maestro y de la conciencia de doble flecha del maestro. El maestro estaba apuntando. Durante tres años, Herrigel había estado continuamente con el mismo maestro, pero estaba más interesado en sus propios esfuerzos. No había visto nunca a este hombre, lo que estaba haciendo. Por primera vez vio y comprendió... y de pronto, espontáneamente, sin esfuerzo, se acercó al maestro, le quitó el arco de las manos, apuntó al blanco y disparó la flecha. Y el maestro dijo:
-¡Muy bien! por primera vez lo has hecho. Estoy contento. ¿Qué había hecho? Por primera vez se había centrado en sí mismo. El blanco estaba allí, pero también él estaba allí, presente. Así pues, hagas lo que hagas -cualquier cosa, es necesario que tires con arco-, hagas lo que hagas, aunque sea estar sentado, sé dos flechas. Recuerda lo que está pasando fuera y recuerda también quién está dentro.

Una mañana, Lin-chi estaba dando una conferencia y de pronto alguien preguntó:
-Respóndame una sola pregunta: ¿Quién soy yo?
Lin-chi bajó del estrado y se acercó al hombre. Toda la sala guardó silencio. ¿Qué iba a hacer? Era una pregunta bien simple. Podía haberla respondido desde el estrado. Lin-chi llegó hasta el hombre. Toda la sala estaba en silencio. Lin-chi se quedó parado ante el hombre, mirándole a los ojos. Era un momento muy penetrante. Todo se detuvo. El hombre empezó a sudar. Lin-chi no hacía más que mirarle a los ojos. Y entonces, Lin-chi dijo:
-No me preguntes. Entra y descubre quién pregunta. Cierra los ojos. No preguntes: «¿Quién soy yo?» Ve adentro y descubre quién ha preguntado, quién es ese preguntador interior. Olvídate de mí. Encuentra la fuente de la pregunta. ¡Penetra hasta el fondo!
Y se dice que el hombre cerró los ojos, guardó silencio y de pronto se iluminó. Abrió los ojos, se echó a reír, tocó los pies de Lin chi y dijo:
-Me has respondido. Les he hecho esta pregunta a muchos y me han dado muchas respuestas, pero ninguna era una auténtica respuesta. Pero tú me has respondido.
«¿Quién soy yo?» ¿Cómo se puede responder a esa pregunta? Pero en esta situación particular -mil personas calladas, un silencio en el que se habría oído la caída de un alfiler-, Lin-chi bajó con ojos penetrantes y simplemente le ordenó al hombre: «Cierra los ojos, entra y descubre quién pregunta. No esperes que yo te responda. Descubre quién ha preguntado.» Y el hombre cerró los ojos. ¿Qué ocurrió en esa situación? Se centró De pronto estaba centrado, de pronto se hizo consciente del núcleo más interior.

Esto hay que descubrirlo, y hacerse consciente es el método para descubrir este núcleo interior. Cuanto más inconsciente estés, más alejado estás de ti mismo. Cuanto más consciente, más te acercas a ti. Si la conciencia es total, estás en el centro. Si hay menos conciencia, estás cerca de la periferia. Cuando estás inconsciente, estás en la periferia, donde el centro está completamente olvidado. Así pues, estas son las dos maneras posibles de moverse. Puedes moverte hacia la periferia, y entonces te mueves hacia la inconsciencia. Te sientas a ver una película, te sientas en alguna parte a escuchar música, y te olvidas de ti mismo. Entonces estás en la periferia. Leyendo el Bhagavad Gita o la Biblia o el Corán, te puedes olvidar de ti mismo... entonces estás en la periferia.

Hagas lo que hagas, si puedes recordarte a ti mismo, estás más cerca del centro. Y un buen día, de pronto, te encuentras centrado. Entonces tienes energía. Esa energía es el fuego. Toda la vida, toda la existencia, es energía, es fuego. Fuego es el nombre antiguo; ahora lo llaman electricidad. El hombre le ha aplicado muchos, muchos nombres, pero «fuego» está bien. La electricidad parece un poquito muerta; el fuego parece más vivo.

Actúa con mucho cuidado. Es un viaje largo y dificultoso, y se hace difícil mantenerse consciente aunque sólo sea un momento; la mente está parpadeando constantemente. Pero no es imposible. Es arduo difícil, pero no es imposible. Es posible... es posible para todos. Sólo se necesita esfuerzo, y tiene que ser un esfuerzo sincero. No hay que hacer excepciones; no hay que dejar sin tocar nada del interior. Todo debe ser sacrificado a la conciencia, sólo entonces descubrirás la llama interior. Está ahí.

Si uno se pone a buscar la unidad esencial entre todas las religiones que han existido o puedan llegar a existir, encontrará esta única palabra: conciencia.

Jesús cuenta una parábola. El dueño de una gran mansión se marcha y les dice a sus sirvientes que estén en constante alerta, porque puede volver en cualquier momento. O sea, que tienen que estar alerta veinticuatro horas al día. El señor puede llegar en cualquier momento... ¡en cualquier momento! No hay un momento prefijado, un día fijo, una fecha fija. Si hubiera una fecha fija, podrías echarte a dormir; después podrías hacer lo que quisieras, y estar alerta sólo en esa fecha determinada, porque el señor va a llegar. Pero el señor ha dicho: «Volveré en cualquier momento. Tenéis que estar alerta día y noche para recibirme.» "

Es una parábola de la vida. No puedes aplazarlo; el señor puede llegar en cualquier momento. Hay que estar alerta continuamente. No hay fecha fija; no se sabe nada sobre cuándo llegará el momento. Sólo se puede hacer una cosa: estar alerta y esperar.

Adquirir conciencia es la técnica para centrarse, para alcanzar el fuego interior. Está ahí, oculto; se puede encontrar. Y una vez que se encuentra, sólo entonces, somos capaces de entrar en el templo. No antes, nunca antes.

Pero podemos engañamos a nosotros mismos con símbolos. Los símbolos sirven para indicamos realidades más profundas, pero también podemos usarlos como engaños. Podemos quemar incienso, podemos realizar cultos con cosas exteriores, y después nos sentimos satisfechos por haber hecho algo. Nos sentimos religiosos sin habernos vuelto religiosos en modo alguno. Esto es lo que está ocurriendo; en eso se ha convertido el mundo. Todo el mundo cree ser religioso sólo porque está siguiendo símbolos exteriores, sin fuego interno.

Esfuérzate por mucho que fracases. Estás empezando. Fracasarás una y otra vez, pero hasta los fracasos te servirán de ayuda. Cuando dejas de ser consciente, aunque haya sido un momento, sientes por primera vez lo inconsciente que estás.

Vas andando por la calle y no puedes dar más que unos cuantos pasos sin volver a la inconsciencia. Una y otra vez te olvidas de ti mismo. Te pones a leer un cartel y te olvidas de ti mismo. Pasa alguien, lo miras y te olvidas de ti mismo.

Tus fracasos te ayudarán. Pueden demostrarte lo inconsciente que estás. Y con el mero hecho de hacerte consciente de que estás inconsciente, has ganado una cierta conciencia. Si un loco se da cuenta de que está loco, está en camino hacia la cordura.

martes, 21 de abril de 2009

La pregunta por el Sentido de la Vida


La pregunta por el sentido de la existencia
Desafortunados los que nunca saben a dónde llegar, aunque para ellos todos los caminos sean buenos.

Existen seres que durante toda su vida viven perdidos y se ven encontrando caminos todos los días, terminando inevitablemente extraviados, viven confundidos y con un sentimiento permanente de frustración, pues no saben qué han logrado en su vida y al final terminan cansados y con una sensación de inutilidad, si no buscamos, lo que alcanzaremos es: NADA

Este vació existencial puede ser provocado específicamente por dos causas: la pérdida del instinto y la pérdida de la tradición.

Encontramos que los instintos en el hombre no le indican lo que tiene que hacer, y frecuentemente parece no saber lo que realmente quiere, por lo tanto, vivencia una búsqueda que erróneamente puede encaminarse al "querer únicamente lo que los demás hacen" (conformismo), o "hacer solo lo que los demás quieren" (totalitarismo). Pero las consecuencias del vació existencial no pueden reducirse solo al conformismo y al totalitarismo, hay que tener en cuenta el neuroticismo.

El vacío existencial es definitivamente la neurosis masiva de nuestro tiempo, la encontramos como una forma privada y personal del nihilismo, es decir, es el convencimiento o la aseveración de que el ser carece de significación. ¿Cómo sintetizaría su misión en la vida? ¿Cuál fue el objetivo de haber existido? ¿Qué hereda a las futuras generaciones? ¿En qué le gustaría contribuir para que el mundo sea mejor? ¿Es usted capaz de alcanzar sus ambiciones? .

¿Para Qué?
• Para determinar el Valor de la vida a través de su CONTENIDO y NO de su extensión.
• Para que la persona encuentre su fundamento ya que nada de lo que le rodea lo satisface plenamente.

¿Por qué?
• Porque la vida o la existencia sin sentido es algo atroz e inhumano, es sencillamente invisible.
• Porque la persona vaciada de su interioridad por una sociedad moderna se convierte en un instrumento de trabajo y pieza de repuesto de una gran máquina que quita las ganas de vivir.
• Porque la existencia humana no puede quedar reducida a la satisfacción de las necesidades materiales .
• Porque la esencia de la persona es absolutamente trascendentalidad ilimitada.

¿Cómo?
• Amando • "Teniendo algún principio", requiere sentir por algo o por alguien.
• Creando • "Realizando una acción", donde el medio para el logro o cumplimiento es obvio.
Asimilando • "Por sufrimiento", implica la percepción del sufrimiento, en los casos de sufrimiento extremo, o condiciones terminales o irreparables, surge como experiencia suprema la aceptación.

¿Quiénes?
• Aquellos que se abandonan al ritmo acelerado de la vida moderna con el objeto de huir y escapar a esa sensación de vacío interno.
• Aquellos que experimentan la angustia ante la amenaza del destino y de la muerte.
• Aquellos que experimentan la angustia moral ante la culpa y la autocondenación.

Y cuál será finalmente mi misión en la vida?, ¿qué debo realizar en mi existencia?, ¿para qué existo?.
Los objetivos claros y precisos son como la escalera para alcanzarlos y las estrategias nos deben dar la seguridad que tenemos la escalera apoyada en el lugar correcto.
Asociación Vitalidad Existencial
Invierno 2007.

domingo, 19 de abril de 2009

¿IDENTIDAD O FILOSOFIA MEXICANA?


La identidad mexicana
Anabel Ramìrez H.
Actualizada: 06/04/2006
He aquì un anàlisis de còmo viven los mexicanos...
La identidad mexicana
México es un país enorme. Hablar de identidad sería hablar de aspectos relativamente complicados pero a la vez fascinantes, ya que somos un gran platillo con varios ingredientes que compartimos al mundo entero.
México es un lugar místico, lleno de magia e ilusiones en donde las huellas de la historia aún son perceptibles bajo el ardiente sol de sus pueblos antiguos. Ser mexicano es una condición con la que se nace, pues no se puede sólo adquirirla. Estamos llenos de historia, cultura, tradiciones y muchas otras cosas más que forman nuestra identidad, única en el mundo entero porque nadie se nos compara.
Podemos observar a nuestra gente detenidamente, a nuestros viejos, nuestros niños, adultos e incluso a nuestros enfermos, pues cada uno de ellos tiene dentro de sí un alma, un corazón que late al compás de nuestro México, orgullo de varios siglos que nos identifica. Somos únicos, irrepetibles y estamos llenos de sorpresas, ya que no somos conformistas. Buscamos respuestas a todo pues no queremos quedarnos con la duda, nos damos aires de grandeza a pesar de no merecerlo, pues nosotros los mexicanos somos apasionados a nuestras culturas y tradiciones y por ningún motivo queremos ser despreciados por quienes nos rodean. Somos piñatas rellenas de costumbres, tradiciones, valores y un mexicanismo que perdurará por siempre a pesar de los obstáculos que se nos presenten.
La identidad mexicana es producto de un horneado de varios siglos. Metafóricamente es un pastel con muchos ingredientes que al probarse son perceptibles y no se puede dejar de comer. La dulce combinación de idioma, religión, costumbres, tradiciones, arte, cultura, etc. Lo hace imposible dejar de comerlo una vez probado. Es un deleite exquisito sin comparación alguna que nos recuerda nuestro legado y nuestras raíces. Somos únicos, irrepetibles e inigualables porque nuestra gente hace la diferencia.
Distintas subculturas forman nuestra cultura, cada una con sus creencias, ideas y reglas. Todas convergen en el punto de nuestras raíces mexicanas como si fueran luces que se juntaran para formar el arcoiris.
Es indiscutible nuestra sed de vida, alegría y felicidad y buscamos pretextos para reflejarla y compartirla. Ejemplo de ello es el día de muertos, el día de la Virgen de Guadalupe o el día de la Candelaria. Cualquier pretexto es bueno para reunirnos y compartir lo mucho o poco que tenemos.
Gran parte de lo que somos ahora se lo debemos a grandes culturas que se asentaron antes que nosotros hace miles de años. Son pueblos que nos dejaron su forma de vida, costumbres, tradiciones y que formaron la base y la estructura de nuestra identidad. Aztecas, Mayas, Mixtecos, Zapotecos, Totonacas y demás pueblos han forjado en gran parte nuestra identidad al ser culturas únicas en el mundo entero y que nos pertenecen. Gracias a ellas nuestro legado es aún mayor.
A pesar de las dificultades y tiempos difíciles por los que hemos pasado hemos salido adelante, salimos triunfantes, y lo que no nos mató nos hizo más fuertes y listos para superar cualquier adversidad como lo que ocurrió en 1982 cuando hubo una crisis económica en tiempos del Pdte. López Portillo en la cual hubo escasez de dinero y fuga de capitales al extranjero. Muchos perdieron lo que tenían pero a pesar de eso supimos salir adelante como sólo los mexicanos sabemos hacerlo.
México es un país que se destaca por su inmensa solidaridad al que más lo necesita. Prueba de esto es la ayuda que brindó cuando sucedieron los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, el tsunami en Asia y los desastres ocurridos por distintos huracanes en Cancún y Chiapas. México fue solidario y brindó su ayuda sin pedir nada a cambio, incondicionalmente dando lo que podía a medida de sus posibilidades. Como S.S. Juan Pablo II solía decir: “México siempre fiel”, ahora lo pudimos demostrar con hechos.
En cuanto a avances culturales, México se ha destacado por engendrar a grandes personalidades que trascendieron y formaron parte de nuestra cultura e identidad mexicanas. Por mencionar sólo a algunos en Tv tenemos a Cantinflas, quien con sus películas y su peculiar forma de actuar inventó un término que los mexicanos usamos mucho: cantinflear (decir mucho pero a la vez no decir nada), Capulina, Tin tan entre otros. En la música están Alberto Vázquez, Rocío Dúrcal, Angélica María, etc. Grandes personalidades que hacen historia en nuestra identidad. En la literatura tenemos grandes exponentes como José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y por supuesto Octavio Paz, protagonista central en los años setenta y ochenta. Octavio Paz escribió un libro que habla también de la identidad del mexicano, llamado éste “El laberinto de la soledad”, en el que hace un análisis exhaustivo de los mexicanos.
Otro aspecto que ha contribuido a formar nuestra identidad es la religión; una religión que hemos profesado ferviente y devotamente a lo largo de varios siglos. La religión católica siempre será nuestra aliada hasta la muerte.
Pero hablando de religión, en 1979 por primera vez en la historia un Papa visitó México: se trata de S.S. Juan Pablo II, quien llegó el 26 de enero para deleite de todos los mexicanos. Gracias a él nuestra fe se endureció y acrecentó por sus distintas enseñanzas y su personalidad tan encantadora. México es otro desde su primer visita, ahora somos más centrados, más creyentes y católicos y eso nunca nadie nos lo podrá quitar.
En resumen, México es un país con una gran diversidad cultural, una monumental historia, legado de varios siglos. Somos una mezcla de todo un poco. Hemos tenido problemas que supimos superar y adversidades que casi nos destruyen, sin embargo nuestra condición de mexicanos nos hizo salir a flote para atracar en tierra firme sanos y salvos. Nada ni nadie podrá quitarnos lo que por derecho nos pertenece: el corazón mexicano que late en cada uno de nosotros y que lo seguirá haciendo hasta el último de nuestros días. Viviremos y moriremos orgullosos de ser mexicanos, dándole gracias a Dios por habernos dado un regalo tan grande.

martes, 24 de febrero de 2009

¿PRI = a dictadura perfecta?

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA
Por haber llamado "una, dictadura perfecta" al sistema político del PRI -en el encuentro de intelectuales que organizó la revista Vuelta, en México, en septiembre de 1990- recibí numerosos jalones de oreja, incluido el de alguien que yo admiro y quiero mucho como Octavio Paz, pero, la verdad, sigo pensando que aquella calificación es defendible. Creado en 1929 por el general Plutarco Elías Calle, el Partido Revolucionario Institucional estabilizó una sociedad donde, desde las convulsiones revolucionarias de 1910, los asuntos políticos se dirimían a balazos, y se posesionó de un Estado al que, a partir de entonces, modela y administra en su provecho, confundido con él de una manera tan sutil como las tres famosas personas en la Santísima Trinidad.Para todos los efectos prácticos, México es ahora el PRI, y lo que no es el PRI, incluidos sus más enérgicos críticos e impugnadores, también sirve, de una manera misteriosa, genial y horripilante, a perpetuar el control del PRI sobre la vida política y la sociedad mexicana. Durante mucho tiempo, el PRI fabricaba y subsidiaba a sus partidos de oposición, de manera que esos extraordinarios happenings de la vida del país -las elecciones- tuvieran cierto semblante democrático. Ahora ni siquiera necesita el esfuerzo de ese dispendio, pues, como Eva de una costilla de Adán, ha generado tina excrecencia rival, el PR.D, de Cuauhtémoc Cárdenas, partido que, con prodigiosa ceguera, ha hecho suyas todas. las lacras y taras ideológicas -populismo, estatismo, socialismo, nacionalismo económico- de las que el camaleónico PRI necesitaba desprenderse a fin de mostrarse renovado -democrático, internacionalista, promercado y liberal-, y permeable a los vientos que corren. Si ésa es la alternativa que se le presenta al pueblo mexicano -el viejo PRI camuflado bajo el nombre de PRD o el de la cara modernizada que encarna Salinas de Gortari-, no es de extrañar que el partido en el poder no haya necesitado amañar las últimas elecciones para ganarlas.

No niego que este sistema haya traído algunos beneficios a México, como una estabilidad que no han tenido otros países latinoamericanos y librarlo de la anarquía y brutalidad del caudillismo militar. Y es, también, un hecho que, gracias a la revolución y la política educativa seguida desde entonces, México ha integrado su pasado prehispánico al presente y avanzado en el mestizaje social y cultural más que ningún otro país del continente (incluido Paraguay). Pero las desventajas son enormes. En seis décadas y media de hegemonía absoluta, el PRI no ha sido capaz de sacar a México del subdesarrollo económico -pese a los gigantescos recursos de que su suelo está dotado- ni de reducir a niveles siquiera presentables las desigualdades sociales, que son allí todavía más feroces que en muchos países de América Latina, como Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela o Costa Rica. En cambio, la corrupción resultante de este monopolio político ha sido internalizada por las instituciones y la vida corriente de una manera que no tiene parangón, lo que ha creado uno de los más irreductibles obstáculos para una genuina democratización del país.

A favor del sistema priísta suele señalarse la política del régimen con los intelectuales, a los que siempre ha sabido reclutar y poner a su servicio, sin exigirles a cambio la cortesanía o el servilismo abyectos que un Fidel Castro o un Kim il Sung piden a los suyos. Por el contrario, dentro del exquisito maquiavelismo del sistema, al intelectual le compete un rol que, a la vez que sirve para eternizar el embauque de que México es una democracia pluralista y de que reina en ella la libertad, a aquél lo libera de escrúpulos y le da buena conciencia: el de criticar al PRI. ¿Alguien ha conocido a un intelectual mexicano que defienda al Partido Revolucionario Institucional? Yo, nunca. Todos lo critican, y, sobre todo, los que viven de él, como diplomáticos, funcionarios, editores, periodistas, académicos, o usufructuando cargos fantasmas creados por el régimen para subsidiarlos. Sólo en casos de díscolos extremos, como el de un José Revueltas, se resigna a mandarlos a la cárcel. Generalmente, los soborna, incorporándolos a su magnánimo y flexible despotismo de tal manera que, sin tener ellos que degradarse demasiado y a veces sin darse cuenta, contribuyan al objetivo esencial de perpetuar el sistema.

También de esta preocupación por la cultura del PRI han resultado beneficios considerables: editoriales, revistas, instituciones académicas y una actividad intelectual y artística bastante más intensa que en los otros países latinoamericanos, de Gobiernos casi siempre semianalfabetos. Pero la contrapartida ha sido una merma notoria de soberanía y autenticidad en la clase intelectual, la que, por razones de mala conciencia y por la invisible presión del sistema imperante, sigue aún hoy día, después del desplome del totalitarismo en tres cuartas partes del mundo, enfeudada a aquellos estereotipos revolucionarios -el socialismo, el colectivismo, el nacionalismo, el Estado benefactor, el antiimperialismo, etcétera- que, desde hace décadas, han sido su mejor coartada, la cortina de humo que servía para disimular su condición de pieza instrumental de una de las más astutas y eficientes creaciones antidemocráticas de toda la historia.

Escribo estas líneas bajo el efecto de un libro que recomiendo a todos a quienes, como a mí, deslumbre (sin dejar de aterrar) el caso mexicano: Textos heréticos, de Enrique Krauze (1). Se trata de una colección de artículos y ensayos aparecidos en la revista Vuelta, que dirige Octavio Paz y de la que Krauze es subdirector, en los que se reivindica una tradición liberal, coetánea a la de la revolución, cuyo punto de arranque es el Gobierno de Francisco Ignacio Madero, a la que Krauze sigue la soterrada pista en todos los años de hegemonía priísta, y en la que ve la única alternativa aceptable a la del régimen presente. Aquella tradición, aunque fuera desalojada del poder político desde los años del cataclismo revolucionario, ha tenido rebrotes periódicos en el campo intelectual, en figuras como las de Daniel Cossío Villegas o del propio Paz, quienes, aun en los momentos de peor oscurantismo ideológico populista, no vacilaron en ir contra la corriente y defender los valores democráticos y las denostadas libertades formales. Ésta ha sido la línea de Vuelta, verdadero oasis en las publicaciones del género en América Latina, donde no es casual que hayan aparecido, en los últimos años, en las plumas de Paz, de Gabriel

¿Sociedad mexicana?

¿MONOPOLIO PUBLICO U OLIGOPOLIO PRIVADO?
Rutilio Escandón
La experiencia palpable de la sociedad mexicana

Como mencionamos la semana anterior, en la presente colaboración contrastaremos la utilidad que desde nuestra perspectiva han tenido en nuestra sociedad los monopolios u oligopolios públicos y privados.

Para comenzar debemos señalar que la teoría económica clásica en su análisis de competencia perfecta y de equilibrio general reprueba cualquier clase de monopolio u oligopolio, ya que argumentan, entre otras cosas, que son un freno para la competitividad y el desarrollo económico. Dicha teoría a estado vigente por décadas (con sus respectivas adecuaciones) siendo a la fecha la base de despegue para cualquier análisis microeconómico, sin embargo, también es importante hacer notar que esta teoría del equilibrio general y la competencia perfecta, es sólo una situación ideal (con supuestos inexistentes como la información perfecta) de una sociedad, y que en la práctica, se usa con la finalidad de estudiar y comparar las situaciones reales de una sociedad con las deseables del equilibrio general.

Dicho esto, nos concentraremos en comparar los resultados palpables de estos dos tipos de empresas en la sociedad mexicana.

Comencemos por observar el ramo de las telecomunicaciones, en donde el monopolio privado más grande del país que otorgó el Gobierno de Carlos Salinas a Telmex ha conseguido después de un poco más de dos décadas, posicionarse como una de las empresas telefónicas más importantes del mundo, formando al paso de estos años, al hombre más acaudalado del Orbe, Carlos Slim. En este mismo sector, se ha consolidado el duopolio televisivo de televisa y TV azteca, quienes gracias al notable cabildeo que han ejercido desde tiempo atrás con algunos legisladores, han conseguido bloquear la entrada de competidores en su terreno, gracias a ello y a la ausencia de una regulación adecuada detentan una enorme influencia en la opinión pública, sin ni siquiera permitir la réplica de los afectados. Por supuesto, su situación económica es también privilegiada; y qué decir del sector financiero, donde los Gobiernos federales que ejecutaron su reprivatización y apertura aseguraban que la banca nacional sería más competitiva y promotora del crecimiento económico del país, después de más de 20 años (y de una gran crisis financiera intermedia), las secuelas que podemos observar son una Zgran deuda social (Fobaproa-IPAB) y un poderoso oligopolio de bancos extranjeros que más que preocuparse por incentivar la inversión productiva y el desarrollo económico, se han ocupado en generar ganancias exorbitantes por comisiones e intereses. Una característica común de todos estos actores del sector privado es que se quejan de la falta de condiciones para elevar su eficiencia, exigen mayor flexibilidad, nunca están conformes, pero a la hora de evaluar sus resultados respecto del beneficio social, definitivamente éstos son poco satisfactorios, ya que si algo se ha conseguido con los monopolios y oligopolios privados es la concentración de la riqueza y la subsiguiente ampliación de la pobreza ¿Usted qué opina amigo lector?

Por otro lado, tenemos los monopolios públicos como Pemex y CFE, por cuestión de espacio y la coyuntura que vivimos nos referiremos el día de hoy a Pemex. Petróleos Mexicanos es desde hace tiempo, la empresa más grande y rentable de México; pero no de manera particular como las empresas privadas anteriormente aludidas, sino de forma social por tanto, todo aquello que le afecte repercute de manera directa sobre nuestra población. La importancia que ha cobrado el sector energético en nuestro país es tanta, que desde años atrás los ingresos petroleros se han convertido en el principal sostén de nuestra economía, convirtiendo a Pemex en el mayor promotor del desarrollo económico de nuestro país, esto es un hecho que nadie puede negar.

Pemex o la industria petrolera ha sido un monopolio público que ha dado a los mexicanos mucho por varias décadas, aún cuando por desgracia, los Gobiernos en turno le han explotado hasta el extremo, sin permitirle reinvertir utilidades para continuar operando como una empresa de primer nivel, ejemplo de ello fue la administración de Vicente Fox que dilapidó los mayores recursos petroleros en la historia de nuestro país en gasto corriente (sueldos y salarios). De igual forma, su numeroso y poderoso sindicato le representa hoy en día una enorme carga, no sólo por las pensiones que con el paso del tiempo se tienen que cubrir y que no se planificaron en tiempo y forma correcta, sino por la corrupción de sus líderes que han desviado buena parte de los recursos a corruptelas como el "pemexgate" (campañas políticas).

Es así que el Pemex de los ochenta que tenía recursos financieros suficientes para adquirir tecnología de punta y que contaba con mano de obra capaz de operarla, al paso de los años se ha convertido en una empresa que ha tenido que recurrir al sobreendeudamiento (vía Pidiregas) para cubrir sus necesidades más esenciales.

Toda esta problemática en su conjunto, explica el porqué al paso de los años, Pemex ha sufrido un deterioro progresivo con la consecuente reducción de sus activos y de las reservas probadas de petróleo de nuestro país, hechos que por increíble que parezcan han convertido a una de las empresas más rentables del mundo, en una institución obsoleta e insolvente.

Con esta breve descripción queremos dejar claro que los problemas de Pemex no se deben a su inviabilidad económica como monopolio del Estado, sino a la ineptitud y corrupción con la que nuestros gobernantes y algunos de sus líderes sindicales la han administrado.

Del mismo modo, queremos hacer notar que cuando de un bien estratégico se trata la diferencia entre contar con un monopolio público o un oligopolio privado es bien grande en cuanto a su impacto social ¿O usted qué opina amigo lector, cree que de haberse mantenido la industria petrolera privatizada (sin la oportuna intervención del presidente Lázaro Cárdenas) la derrama económica de los hidrocarburos nacionales hubiera sido aprovechada para el bienestar de los mexicanos o cree que se hubiera repetido la historia del sector de las telecomunicaciones y del sistema financiero?

¿Piensa usted que la inversión privada ya sea extranjera o nacional tendría como prioridad el bienestar de los mexicanos o en su papel (comprensible) de empresarios buscarían primero su utilidad? Por poner un ejemplo ¿Cree usted que con la entrada de capital privado los precios de las gasolinas bajarían?

Por ello, pensamos que desde el punto de vista del beneficio social (no particular), la adecuada rectoría del Estado en materia energética es indiscutible, ya que no es lo mismo que un Gobierno sea discriminador de precios en beneficio de su población (consumidores) a que un particular lo sea en favor propio.

¿Habrá una sociedad Perfecta?

Del mismo modo como ningún ser humano es perfecto también debemos suponer que ninguna sociedad lo es. Por lo tanto, quiérase o no, siempre encontraremos imperfecciones reflejadas en un sinnúmero de problemas sociales, políticos y económicos como pobreza, corrupción, educación deficiente, delincuencia, violación de derechos humanos, consumo de drogas, terrorismo, salud pública inadecuada, narcotráfico, desigualdad, falta de democracia, costo de vida elevado, inflación, entre otros. No existe ninguna sociedad ideal en la que inexistan algunos de estos problemas, pues con ciertos matices, de alguna u otra forma terminan influyendo en su acontecer diario.

La solución a dichos problemas no debe estar en manos solo de los políticos sino también de la sociedad en su conjunto, del sector privado, de los medios de comunicación y del Estado. Estos actores de alguna u otra forma deben poner los medios para contribuir a que exista mayor estabilidad económica, el cultivo de la ética en los cargos públicos, una justicia eficiente que respete la igualdad ante la ley, alta cohesión social, una sólida democracia, madurez política, inversión privada, Estado de derecho. Sin embargo, es imprescindible que existan estos pilares básicos para darnos cuenta si nuestras sociedades van por el sendero correcto.
Tomás Moro en su libro Utopía inventa una isla imaginaria sin imperfecciones donde quien la gobierna no son políticos sino filósofos porque éstos no tienen ambición de poder sino más bien interés por el bien social mediante el aporte intelectual. Pero esa posibilidad resulta escasa pues nuestra realidad es contraria a esta premisa. Pensar que la filosofía y el poder se avienen es una falacia. Sin embargo, precisar que la mentira y la ambición, expresados en ciertos gobiernos populistas, demagógicos y autoritarios es una gran certeza.

El sociólogo y filósofo alemán Max Horkheimer señaló que pensar en una sociedad perfecta implica una crítica frente a las sociedades actuales debido a sus múltiples imperfecciones, pero al mismo tiempo demanda una propuesta sobre aquello que debería existir, pero que lamentablemente no se logra conseguir ni en décadas.

Si consiguiéramos construir hipotéticamente una sociedad perfecta con una ubicación geográfica específica, quizás todos quisiéramos estar en ella. Pero suponiendo que existiera, el esfuerzo por un mundo mejor quedaría obsoleto pues no tendría sentido luchar por una causa mejor, pues todas las necesidades humanas estarían cubiertas. Pero tampoco podemos resignarnos a vivir en sociedades mediocremente civilizadas, donde el pluralismo de opinión, la tolerancia, el respeto al otro y el amor hacia los demás generan sarcasmo. Lo que sí podemos demandar son sociedades con un mínimo nivel de talante cultural, ético e intelectual, pues estos tres ejes representan las bases sobre las cuáles debe sentarse cualquier desarrollo.

Existen síntomas para darse cuenta si una sociedad se acerca a la perfección. Una de ellas es el respeto por la libertad y la dignidad de la persona humana. Pero la libertad puede ser entendida de diversos modos. Por ello, conviene considerar que no basta con pensar en una sociedad libre, sino también responsable. Una sociedad cuyos ciudadanos no usan responsablemente su libertad, está condenada a perseverar en el error. Otra señal clara de una sociedad en buen camino es la democracia, pero entendiéndola como aquella que no sólo permite la participación del pueblo sino sobre todo un conjunto de actitudes y valores cívicos meridianamente claros que salen a relucir en situaciones difíciles y en contra de la amenaza de un gobierno tirano y autoritario –acaso el enemigo más perverso de la libertad.

Pensemos en un síntoma más: la educación. Los políticos que de forma astuta pretenden adueñarse para siempre del poder, son precisamente los que mejor han maquillado sus respectivas democracias y aparentaron respetar la libertad del pueblo, pero por el contrario, lo esclavizaron con la forma más perversa de suprimir la libertad: la ignorancia. Una sociedad encadenada a la ignorancia nunca progresará ni se dará cuenta de los errores que comete. Un contraejemplo lo representa la sociedad finlandesa, donde el principal aliado de la libertad no sólo es la democracia, sino también una educación con un alto nivel de calidad.

Platón en su clásico libro La República, destaca el conocido Mito de la Caverna, según el cuál unos esclavos encadenados dentro de una caverna sólo pueden mirar hacia delante, pero en medio de una total oscuridad. Detrás de ellos en lo alto, se encuentra la salida, la cuál a su vez deja filtrar una luz que proyecta las sombras de los esclavos. ¿Qué pasará si después de tantos años en los que estos esclavos vivieron en la oscuridad, los sacamos a la luz? La respuesta sería unos esclavos pensando que la luz forma parte de un mundo ficticio porque se malacostumbraron a ignorar la realidad. Lo mismo sucede con la educación, pues mientras no garanticemos unas sociedades mejor educadas, los ciudadanos vivirían cegados para siempre, esclavos de su ignorancia. El respeto a la vida, a la dignidad, a la libertad responsable, a la democracia, a la igualdad ante la ley y a un estricto estado de derecho, son las luces que pueden ayudarnos a escapar del subdesarrollo.

Nuestra realidad nos obliga a recoger algunos ejemplos del escenario internacional. Tomemos el caso latinoamericano cuyas sociedades actualmente tienen una tendencia heterogénea hacia la izquierda. Si pensamos en una izquierda moderna que combine algunos aspectos de la derecha, no tendríamos razones para mal juzgarla. Pero si tenemos que pensar en una izquierda radical y antiimperialista, debemos advertir que las sociedades gobernadas por este tipo de políticos, no sólo no lograrán nunca acercarse a la perfección, sino que se alejarán exponencialmente de un nivel sensato.

En occidente hay algunas sociedades cuya coherencia cívica ha quedado perdida en la desidia. Ejemplos de ellas son Cuba y Venezuela. Pero si tenemos que denunciar con énfasis la sociedad más imperfecta de este continente, ésta se encuentra situada en una isla. No es la isla Utopía de Tomás Moro sino todo lo contrario, un lugar donde la palabra “libertad” ha sido extinguida de la mente de sus ciudadanos. Ojalá algún día pueda terminarse esta agonía que ya lleva más de cuatro décadas.

No podemos generalizar las actitudes de los gobernantes en la sociedad a la que pertenecen pues sería injusto. Pero no resulta políticamente correcto pensar en una sociedad donde cohabiten George Bush, Fidel Castro, Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad. Gobernantes polémicos por la innecesaria invasión iraquí, el fragrante autoritarismo, la inadmisible supresión de la libertad de prensa y la aberrante propuesta de borrar a los judíos del mapa, respectivamente. ¿Serán perfectas nuestras sociedades si aún estamos anclados a debates superfluos? ¿Todavía estamos debatiendo el populismo en América Latina? ¿La ley de inmigración en Estados Unidos? ¿La manzana de la discordia judío musulmana? ¿La proliferación nuclear iraní? ¿Un contrato de empleo en Francia? ¿El cese al fuego de los terroristas de ETA en España? ¿No será momento de pensar en el otro, en el amor y la paz? ¿No habrá llegado la hora de dignificar más a la persona humana? ¿O habremos olvidado que sin buenas personas nunca lograremos acercar nuestras sociedades al dilema de la perfección?

Dinamica de la Politica mexicana..¿hacia lo perfectible?

Dinámica de la política mexicana actual
Luis Franco Ramos
Para los especialistas y curiosos de la política mexicanael libro de Ricardo Becerra,Pedro Salazar y José Woldenberg, La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y reformas, puede resultar una lectura atractiva. Con estilo fluido sus autores describen la historia del presente y ofrecen un recuento detallado de lo ocurrido en México en la última parte del siglo XX. Su tema es la política, los cambios fundamentales ocurridos en ella; un reconocimiento de dónde venimos y hacia dónde vamos: "Sobre todo quiere ser una interpretación de la forma en que el país se ha transformado, de la mecánica de su cambio político" (p. 15).

1977-1999 es la franja en la que se cirscunscribe el trabajo. En los años 70 se empiezan a dar las condiciones reales de cambio pues, desde el propio poder, se comienzan a dar maniobras que darán pie posteriormente a una reforma del Estado más profunda y sin precedentes en nuestra historia, situación que no deja de presentarse en nuestros días. El periodo de este análisis es una época difícil. La sociedad y el Estado tenían que resolver varios problemas estructurales de manera simultánea: enfrentar las demandas de una población creciente; hacerse cargo de la quiebra de un desarrollo económico; asimilar un cambio cultural de grandes dimensiones y transformar sus mecanismos políticos reales y las reglas asociadas a él:

"Así pues no perdemos de vista que la transición política es parte de una transición de mayor profundidad: aparece al mismo tiempo que otras transiciones, la de la cultura, la de su economía y la que nos lleva a una intrincada e inevitable conexión con el mundo" (p. 16).

La lógica histórica descrita no pone de manifiesto que antes de 1977 no hubiera demandas de parte de la sociedad que exigieran cambios al Estado. Estos absurdos no se dan cita en las páginas del libro; sólo nos aclara que a partir de entonces la posición del Estado mexicano al elegir la negociación en vez de la represión abre una rendija de acción que se convierte posteriormente en una compuerta para dejar fluir cambios democráticos concertados con la participación plural de la sociedad. Esta actitud política de negociar antes que reprimir, concibe un juego inclusivo sin precedentes que explica lascondiciones presentes.

De la culminación de la revolución mexicana de 1920 hasta 1977, la clase en el poder y su partido elPRI hicieron poco para abrir espacios democráticos. Sólo a partir de los años 70 se empiezan a dar las condiciones propicias -presiones de parte de la sociedad y la decisión real del gobierno de tratar de satisfacerlas- para que los cambios se materialicen sin hacer uso de la violencia como sucedió en 1968. De no atender los reclamos sociales de reformar la esfera política nacional, como señaló en su momento Jesús Reyes Heroles, secretario de Gobernación, el descontento de los que menos tienen puede ir en aumento, situación que podría "despertar el México bronco". Esta posición "negociadora" evidencia que el Estado mexicano aprende de la historia al ponerse "un paso adelante" de la situación que se presentó en nuestro país en los últimos años del gobierno de Porfirio Díaz. En 1910 don Porfirio no optó por las reformas democráticas negociadas, lo que dio como resultado el estallido de la revolución encabezada por Francisco I. Madero. Hoy en día nuestra realidad política exige, igual que antaño, mejoras negociadas, pero a diferencia de los años previos a la revolución, el Estado mexicano de nuestros días ha optado por las ofertas concertadas para quitarle la bandera de lucha a los partidarios de la violencia.

Este es el México que se nos ofrece en el recuento del libro al inicio del nuevo milenio; un México que en política le está apostando al diálogo y a la concertación; un país maduro que se apoya en la ley y sus principios para consolidar la diversidad social y la alternancia negociada. Y si la desigualdad económica sigue arraigada en nuestro país, con la negociación como "arma política" la pluralidad no es una opción aberrante al contar con partidos de oposición profesionales dueños de recursos financieros para acceder al poder. Una cámara de Diputados y Senadores menos homogénea y más participativa a todos beneficia lo mismo que un Instituto Federal Electoral fuerte y autónomo del Poder Ejecutivo, capaz de evitar la "caída de los sistemas" en tiempos electorales al defender el poder del voto ciudadano que es, a fin de cuentas, lo que importa al decidir quién debe gobernar en nuestro país, como sucedió este 2 de julio pasado. Escenarios políticos de esta naturaleza colaboran para mejorar las condiciones económicas y culturales del país.

La transición política tuvo su propio ritmo y empezó mucho antes que la transición económica. Fue provocada y estimulada por una situación extremadamente conflictiva en casi todos los órdenesde la vida social y por un divorcio profundo entre la lucha política real y la política legal. El tema de fondo de la transición política mexicana se puso en marcha porque contábamos ya con una sociedad modernizada que no cabía más (ni quería hacerlo) en un formato político de partido hegemónico al hacerse México más complejo, diverso, plural: un solo partido, una sola coalición, ya no podía representar ni conciliar todos los intereses, proyectos y pulsiones de un país que se modernizaba aceleradamente. El reclamo democrático desde 1968 fue más que evidente. El Estado de la revolución, heredero del movimiento armado, Estado abarcador, modernizador, hegemónico, operaba sobre esas condiciones: ausencia de partidos competitivos e inexistencia de reglas electorales abiertas. A partir de entonces los fenómenos negociadores se dieron a cuentagotas y en cascada en lo que nos describen los autores a lo largo de casi 500 páginas. Y esa transición tiene que ver:

"(...) en primer lugar, con un tipo de cambio político distinto a `revolución`.Es decir, un cambio que no es súbito, sino que se desenvuelve por etapas y en el cual la línea entre pasado y futuro está sujeta a los vaivenes de las fuerzas políticas. En segundo lugar, se trata de un cambio negociado donde los actores no tienden a las rupturas definitivas y son capaces de dialogar y establecer compromisos. En tercer lugar, la transición es un proceso en el cual, típicamente, la negociación se centra en `las reglas del juego`: ellas no están definidas y hacen la parte medular del litigio político.

"México ha vivido un proceso de este tipo pero agregaríamos un rasgo crucial adicional: ninguna de las fuerzas fundamentales buscó o recurrió a la violencia como método de contención o de aceleración (como veremos a lo largo del libro, las reformas electorales de 1977 y 1994, y las posiciones de la oposición cardenista en 1988, dan cuenta de ello). Todo lo contrario, en México -como en el este europeo- la transición estuvomarcada permanentemente por un esfuerzo consciente de evitar la violencia política" (p. 27).

Este ha sido uno de los acuerdos implícitos fundamentales que han motivado la negociación, el acuerdo, la transición:

"El cambio político mexicano camina sobre esa insistencia machacona y absoluta a favor de la no violencia. Sus armas han sido otras: la movilización testimonial, la desobediencia civil, aprovechar el recurso de los medios de comunicación para llamar la atención, la crítica pública y la denuncia, la elaboración intelectual, la apelación a la opinión pública extranjera y una disposición permanente para negociar y llegar a acuerdos con el Estado y su partido. Es una combinatoria especial de todo ello, desde múltiples frentes, desde todos los partidos, también desde el gobierno, y a lo largo de muchos años" (p. 28).

Las elecciones del 2 de julio ofrecieron un panorama alentador. La debilidad de la vida electoral se ha dejado atrás con partidos políticos con presencia nacional para acceder al poder. La oposición partidista ocupa cada vez más posiciones legislativas y de gobierno por el crecimiento de su influencia y visibilidad pública, lo que antes sólo era un sueño. Por lo menos seis reformas electorales y otras tantas reformas constitucionales han sido concluidas de manera concertada para bien de la diversidad. El litigio político central se ha trasladado a la disputa por un régimen legal y electoral equitativo, transparente, creíble. Las elecciones se han convertido en la llave del cambio político de México. Los partidos con registro y en trámite han participado en las elecciones cada tres y seis años puntualmente; cuentan ya con más derechos y prerrogativas para potenciar sus posibilidades de ganar. Su presencia y exigencia han crecido, pues cuentan con recursos financieros nada despreciables repartidos más equitativamente entre todos para poder expandirse. A esto hay que agregar que los elementos que regulan la contienda electoral se han perfeccionado y eficientado para dar cabida a fórmulas partidistas más heterogéneas en el Congreso. Los partidos han alcanzado cada vez más posiciones en ayuntamientos, en congresos locales y conquistado gubernaturas. Hoy ninguna fuerza política puede ya arrogarse la representación de la nación entera. La pluralidad es la palabra clave de la lucha y la convivencia política en nuestro país. El poder del presidencialismo se ha erosionado, lo mismo que la figura del "tapado" gracias a la reforma del poder del Estado. La decisión de quién gobierna la tienen los ciudadanos con su voto, eligiendo entre opciones fuertes y competitivas. La transición a la democracia no se debió al ideal de un grupo, de un líder o de un partido; era la necesidad de la nación. El recurso de nuestra transición no fue el fusil sino el voto. No la fuerza sino el discurso, la crítica, la movilización. No las rupturas estructurales sino las reformas. Nuestra transición democrática es un fenómeno expansivo, gradual; pacífico y difícil de revertir.

La democracia ha llegado a México por la vía de las elecciones; éstas han mostrado su poder para cambiar el sistema de las relaciones políticas del país. Por primera vez en la historia mexicana contamos con instituciones electorales sólidas, una opinión pública libre que despliega su capacidad crítica, una ciudadanía alerta que ha encontrado en el voto un instrumento tanto de inserción en el presente como privilegiado de participación para ser parte del concierto de las naciones. La democracia con que contamos no es una apuesta ideal, es sobre todo una necesidad de nuestra viabilidad como nación:

"No caben las confusiones ni la sobrecarga de las demandas. La democracia es una tarea que resuelve `sólo` un problema, pero de carácter histórico: posibilitar la convivencia política en una sociedad compleja y plural. La democracia no ofrece soluciones automáticas o prefabricadas a los grandes problemas y conflictos del país. La democracia es, nada más, el mejor método para acercarse a ellos, para evaluarlos, discutirlos abiertamente e incluir visiones e intereses en las soluciones" (p. 72).

La reforma constitucional ha sido parte vital de esta simbiosis: consagró a los partidos como "entidades de interés público" y abrió la puerta de la competencia electoral a las fuerzas políticas más significativas de la izquierda al concretar una apertura inédita de la pluralidad política en el Congreso, pues se dio cabida a diputados de representación proporcional. En el Congreso de la Unión la representación proporcional ha constituido una de las principales vías para el desarrollo de los partidos modernos, con lo que el vigor, la extensión y la importancia de los partidos no ha dejado de crecer. La fórmula que integra la Cámara se ha incrementado: 300 diputados elegidos por el principio de mayoría relativa y 200 por la vía de la representación proporcional. La de Senadores se integra de dos por estado y uno por el Distrito Federal elegidos por votación mayoritaria relativa y uno asignado a la primera minoría. Los 32 senadores restantes son elegidos por el principio de representación proporcional para dar un total de 128 escaños. La creación de la Asamblea de Representantes del Distrito Federales otro de los cambios progresivos, lo mismo que el financiamiento estatal de los partidos que está debidamente reglamentado, al igual que las prerrogativas de los partidos y su acceso a la radio y la televisión. Todo el marco normativo electoral quedó plasmado en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Con éste se ha delineado la legalidad del Poder Ejecutivo y Legislativo de la Unión; la participación de los ciudadanos en las elecciones; los sistemas electorales; la representación proporcional para la integración de las cámaras de Diputados y Senadores y de las fórmulas de asignación; las prerrogativas y el acceso a la radio y la televisión y el financiamiento de los partidos; la viabilidad de los frentes y las coaliciones y fusiones y los lineamientos del registro de los partidos y las causas de la pérdida del mismo; los lineamientos que rigen al Instituto Federal Electoral, sus atribuciones y conformación orgánica y presupuestal; la formación del padrón electoral y la credencial para votar; las normas que rigen las campañas electorales y la jornada electoral, el escrutinio y el cómputo de la votación lo mismo que los actos de impugnación partidista posteriores a la elección; los procedimientos para efectuar, en caso de impugnación, demandas que estudian y determinan el Tribunal Federal Electoral, único órgano legal que puede emitir un fallo para determinar o no alguna nulidad, faltas o sanciones.

Esta enumeración no contempla todo el territorio de las novedades democráticas con que contamos. A esto se abocan los autores de este libro. Valdría la pena señalar un detalle trascendente. Una de las más importantes transformaciones de nuestra transición se relaciona con la consolidación del Instituto Federal Electoral al desterrar las prácticas fraudulentas que inutilizaban o distorsionaban el voto del ciudadano al emerger sin cortapisas, sin restricciones artificiales, la verdadera pluralidad política de la nación elección tras elección. El recuento que presentan Ricardo Becerra,Pedro Salazar y José Woldenberg en los seis capítulos de La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y reformas traza los parámetros y las coordenadas de nuestra geografía política y concibe la trayectoria de la ruta que ha tenido nuestra transición política contemporánea. Estamos en presencia de un trabajo pionero en su género que por el rigor y la síntesis que se exigen los autores accedemos a un ensayo pormenorizado del perfil del empedrado y los acontecimientos que tuvieron que sortearse para desenmarañar elpor qué los mexicanos hemos optado por cambios políticos negociados antes que acceder a la ruta de la violencia y las armas, siempre más azarosa, para hacer posible el mosaico de la diversidad democrática.

En lo sustancial es difícil que algún lector especializado o no en política mexicana no esté de acuerdo con que las cosas en nuestro país se consigan sin violencia. Aunque lento y tortuoso, a la larga este proceso es más eficaz que las irrupciones armadas, nos dicen los autores. El libro nos confronta con las constantes de esta consolidación al precisar los elementos que hicieron posible la presencia de partidos en plural, fuertes, con arraigo nacional, desmenuza los factores que permitieron el arribo de las reformas:

"De esta manera, produciendo y acumulando novedades, se ha modificado en profundidad el régimen político mexicano, el funcionamiento real del sistema político. El cambio es profundo y difícilmente reversible. No llegamos a un régimen inédito, inexplorado de la historia, ni a una invención constitucional: llegamos `simplemente` a un sistema democrático donde el voto del ciudadano de a pie decide lo fundamental en política: quién gobierna" (p. 33).
Las reformas no gozan de mucho prestigio entre los políticos e investigadores. Sin embargo, no hay que confundirse: la historia nos brinda innumerables ejemplos de cómo éstas, aunque sean de una en una, si son bien pensadas, la sociedad puede obtener muy buenos dividendos. Son un camino concebible y practicable para el cambio social y la alternancia del poder en nuestro país. Con esta tesis se pone en evidencia la personalidad de nuestra época: todo es dable y viable en política a través de reformas institucionales para guiar y modular el tortuoso, lento, pero promisorio proceso democratizador. Sólo los ultras radicales le apuestan a los cambios bruscos con el empleo de las armas, situación que no garantiza el mejoramiento de las condiciones de vida de las mayorías y la convivencia política pacífica.

Cabe señalar que este ensayo se hubiera enriquecido al conocer algunas apreciaciones y puntos de vista de los autores sobre lo que falta todavía por hacer a mediano y largo plazo en nuestro país. El cómo cambiar es pertinente dejarlo a la historia por venir para entender los pesos y contrapesos de las negociaciones. Sin embargo, el qué cambiar es una elección diseñada, pensada, ideada de antemano, para poder confeccionar la nueva agenda de la discusión y los parámetros de las nuevas condiciones políticas. Es esto quizá el complemento que bien hubiera valido la pena que los autores nos ofrecieran, entre descripción y descripción, a lo largo de los capítulos del libro para contar con más detalles y conocer mejor el panorama de lo que nuestras circunstancias actuales y por venir pueden traer consigo. Nuestra democracia, perfectible como todas, no se parece a ninguna otra, o sí, pero sólo en lo básico, pues tiene su personalidad propia muy mexicana.

Al arranque de este nuevo milenio el fundamento más generalizado del poder en nuestro país y en casi todo Occidente es de corte democrático. Buena parte de los discursos de control tienen como tarea específica guardar a la sociedad de los excesos de la propia democracia. En el caso nuestro y asumida la importancia de este fundamento de legalidad, la búsqueda y el establecimiento de criterios para que los titulares temporales de los órganos del Estado no puedan, bajo ningún pretexto democrático, llevar a cabo más tareas que aquellas que permiten el criterio de control, nos asegura el fortalecimiento de la diversidad. Este criterio se ha insertado en los órdenes legales, lo que hace factible controlar la democracia a través de las actuaciones ordinarias de los órganos jurídicos. Es esto un proceso apenas en marcha en nuestro país para cerrarle el paso a las alternativas políticas sin límites o a la violencia. A ningún mexicano le conviene que a México lo gobierne un Presidente, del partido que sea, sin una cámara de Diputados y Senadores activa y plural. Permitirnos que nos gobiernen presidentes con poderes sin límites y sin el consenso de la mayoría reanima la desconfianza social y el disgusto por romper la asfixia. A los políticos megalómanos les estorba la convivencia de la diversidad y la alternancia. La democracia -como señaló en 1994 el presidente Zedillo- no puede ser impuesta por un gobierno, por un partido o por una corriente ideológica. Esta debe construirse con el concurso de todos, en todo tiempo y en todo lugar para satisfacer a todos; para que sea respetada y cuidada por todos

Ricardo Becerra, Pedro Salazar y José Woldenberg, La mecánica del cambio político en México. Elecciones, partidos y reformas, México, Cal y arena, 2000, 492 pp.

Luis Franco Ramos es escritor. Ha colaborado en nexos y La Crónica, entre otras publicaciones

Mas racionales ...mas lógicos...¿será cierto?


El tema de la lógica ha estado en la civilización por miles de años; no obstante, pareciera que eso no ha significado un clarísimo aporte de utilidad concreta para la mayoría de las personas, no sólo para quienes trabajan con información y datos (que en su mayoría no son científicos necesariamente, por si hiciera falta aclararlo).

La lógica tiene como tema el razonar, el pensar correctamente. Constituye todo un cuerpo de conocimientos, casi con el estatus de ciencia. Pero como "ciencia", pareciera no haber sido de mucha ayuda para mejorar la calidad del pensamiento de la gente común: los hombres – por naturaleza y por cultura – tienden a cometer fallas al pensar, no importa que formación tengan.

El tema mismo es bastante inaccesible e incómodo para la gran mayoría. Hasta el momento ha sido muy poco útil en ayudarle a pensar mejor a la mayoría de las personas.

Aún así, la habilidad para razonar correctamente es vital. Si no se puede pensar claramente no se puede llegar a conclusiones válidas para tomar decisiones correctas.

El papel de las emociones y los sentimientos, en este sentido, es central. A las emociones se les atribuye generalmente un rol contrapuesto al de la razón. De hecho, una emoción intensa, cuando es positiva, parece que impide alcanzar una captación correcta. Cuando es negativa, es mayor la dificultad. Así que, como solución a esta natural inestabilidad intelectual, y en aras de producir pensamientos correctos, se contrapone la subjetividad - el carácter personal, “emocional” - a la objetividad racionalizante que implicaría asumir un estado intelectual impersonal y emocionalmente neutral. Pero esto último tal vez tenga demasiado contraste con la evidencia acumulada por la psicología publicitaria: la empresa de la marca que te quiere vender algo te muestra varias veces al día un corto publicitario en el que se habla bien de ella y de sus productos ¿acaso invierte millones en algo inútil? No, invierte bien, y a conciencia, porque el estado intelectual impersonal y emocionalmente neutral es tan extraño a nuestra naturaleza que para hacer publicidad efectiva sería absurdo tenerlo en consideración.

Por un lado, tenemos a pocos individuos que realmente trabajan con la lógica más estricta necesitando asumir un estado intelectual al que llamamos objetividad. El resto de las personas, en estado natural, somos “emocionales”. También necesitamos pensar mejor pero no podemos asumir ninguna objetividad para tratar con la mayoría de las situaciones comportándonos como Data, de Viaje a las estrellas.

En una línea de pensamiento abiertamente conspirativa se puede especular con que existirían suficientes motivos para que las formas tradicionales de “inocular” más racionalidad continúen resultando infructuosas para la mayoría de las personas.

Del lado más positivo, hay quienes opinan que el auge de la divulgación científica, la mayor popularidad de la ciencia y sus exponentes, y el énfasis puesto en el pensamiento crítico, vendrían a ser las vacunas intelectuales de las próximas generaciones. Pero la complejidad de los problemas humanos y el vasto número de factores involucrados quizás hagan a estas vacunas completamente inadecuadas. Por el momento sólo hacen que más gente común se interese por la tecnología y las ciencias; pero de allí a resolver la natural tendencia a cometer errores al pensar hay mucha distancia. Es una confianza paradojalmente ingenua: no es lo mismo dejar de creer en un dato falso o dudoso - gracias a estas vacunas - que pensar correctamente. La creencia en datos falsos facilita cometer los errores que nuestra tendencia natural ya induce a cometer. Eliminados los datos falsos la tendencia persiste, por naturaleza humana.

Todos necesitamos pensar correctamente, no interesa cuál sea nuestra actividad principal. Si no podemos razonar cometemos errores valiosos y consumimos tiempo valioso, además de poder hundir a un emprendimiento prometedor. Cada uno, en sus respectivas ocupaciones trata diariamente con datos y situaciones. Y a menos que uno pueda consistentemente pensar con eficacia, uno puede llegar muy naturalmente a conclusiones equivocadas y así decidir tomar acciones incorrectas.


Al buscar soluciones…

Las computadoras sólo son auxiliares formidables para el pensamiento y el procesamiento de datos, pero no resuelven nuestro asunto de base con la lógica. Las respuestas que pueden brindar las computadoras dependen de quién desarrolla el programa, de quién le hace las preguntas y de quién las lee. Las respuestas podrían ser de utilidad, pero eso no es todo. Así que, por fabulosa que resulte nuestra computadora no mejorará nuestra habilidad para generar pensamientos correctos.

Por otra parte, las investigaciones en inteligencia artificial tienen el ideal de una inteligencia artificial completamente autónoma, capaz de aprender, y sin nuestras naturales limitaciones. Las consecuencias de lograr algo así sólo se han especulado abiertamente en las novelas de ciencia ficción; sería interesante que fueran más populares las opiniones de los expertos. Difícilmente habría consenso, pero es seguro que la existencia de un supercerebro artificial es algo que no mejorará un ápice a nuestra capacidad natural de pensar correctamente.

Las investigaciones emparentadas con la inteligencia artificial acerca de las prótesis cerebrales estarían más cerca de ayudarnos. Y desde que David Ritchie divulgara la investigación desarrollada en el MIT, con su libro “El cerebro binario” (1985), ya han pasado más de dos décadas. En este campo es muchísimo tiempo. Los implantes cerebrales - también conocidos como biochips - muy probablemente son una forma efectiva de superar las limitaciones naturales de nuestras capacidades cognitivas. Que sus beneficios los puedan aprovechar únicamente las elites resulta hasta razonable en nuestra civilización; habría que considerar que al menos será así durante bastante más tiempo que otras dos décadas.

Por último, tenemos que considerar una tendencia que ya cuenta con gran cantidad de consumidores dentro de las actividades intelectuales, el doping cerebral. La investigación del cerebro, el conocimiento neuroquímico, y los avances consecuentes de la tecnología en la industria bioquímica, podrían significar algo más que meros vitalizadores de funciones, a modo de viagras cognitivos. La experimentación con neuroquímicos es dilatadísima y las posibilidades de la ingeniería bioquímica ya son asombrosas. Además de revitalizar funciones intelectuales, se puede hablar de intensificadores de las mismas y expansores de los umbrales naturales, y estamos hablando de la consciencia, la memoria, y la concentración. No es una locura que se desarrollen potenciadores de la capacidad analítica y lógica. Es decir, tunear el cerebro, desde la química, ya es una posibilidad concreta. De todas maneras, suponiendo salvados los problemas de adicción y de consecuencias indeseables colaterales, y que tales drogas fueran legales, es utópico que su precio sea accesible a todos los profesionales y trabajadores cognitivos (sus potenciales consumidores presumiblemente más justificados), seguramente antes pasará un filtro de décadas en las elites.

En síntesis, si hemos de considerar únicamente las posibilidades de soluciones que la ciencia y la tecnología pueden aportar a la cuestión de mejorar la calidad del pensamiento racional, tenemos que señalar que muy probablemente estamos hablando con un desfasaje temporal importante, que lo que llamamos proyectos en realidad ya sean logros concretos desde hace rato. De lo que no estamos tan seguros es acerca de los efectos culturales de tales avances ni de cuál sería el contexto ético, político, y legal, para tales logros.

Si nos guiamos por la experiencia histórica, podemos confiar en que los nuevos semidioses de la civilización conservarían todo el poder de control y decisión sobre el resto de los “emocionales” mortales, y no serían más justos necesariamente; aunque sí, eso sí, serían más objetivos, más racionales, más lógicos…

martes, 10 de febrero de 2009

COSMOLOGIA MAYA







COSMOLOGIA MAYA

La Quinta era Maya empezó el 13.0.0.0.0, 4 Ahaw 8 Kumk'u (Agosto 13, 3114 AC), como lo muestra la Estela C de Quiriguá. Izabal, Guatemala. Terminara el 13.0.0.0.0, 4 Ahaw 3 Kan'kin, (21 de Diciembre del 2012 DC)


La creación del mundo es descrita en el Popol Vuh la Biblia de los Mayas, el cual fue descubierto en Chichicastenango, en el altiplano de Guatemala, escondido en el altar de la iglesia católica, escrito en Ki’ch’e, a finales del siglo XVI, del cual se pensaba que era una interpretación relativamente moderna de la creación, e influenciada por la Religión Católica, Pero ahora se ha comprobado que es el mito original de los Mayas desde el Preclásico, como lo demuestran los recién descubiertos murales de San Bartolo, Petén, del siglo 1 DC. que en pintura recrean la misma historia del Popol Vuh:

" Esta es la historia del inicio, cuando no había aves, ningún pez, ninguna montaña, ningún sonido, ningún movimiento, solo el Cielo solitario, el Mar solitario, solo Corazón del Cielo, que se llama Huracán. El primero se llama Caculhá-Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxá-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo....pero no hay nadie que diga su nombre, nadie que alabe su gloria y que alimente su grandeza" .
"Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe [el espacio], que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron".... (Popol Vuh)

En el Mural de San Bartolo, y en otros textos posteriores, el mundo es representado con 13 niveles de cielo y 9 en el inframundo, o Xibalbá, unidos por una Ceiba verde, que representa a la tierra, y en cada punto cardinal, un árbol con diferentes colores:

Cuando el mundo fue creado, se puso un pilar en el cielo. . . que era el árbol blanco, de la abundancia al norte, después, el árbol negro de la abundancia fue puesto al oeste. . . .Después, el árbol rojo de la abundancia fue puesto al este. . . Después el árbol amarillo de la abundancia fue puesto en el sur. . . Después el gran árbol verde (Ceiba) de la abundancia fue puesto en el centro. . . Chilam Balam



Vaso de los 7 dioses (Naranjo, Guatemala) Museo Nacional de ArqueologíaUn concejo de dioses, en el contexto del trono del jaguar. El actor principal es el dios L, mientas que el remero jaguar, quien es nombrado en la estela C de Quiriguá, esta sentado a la cabeza de la primera fila de dioses, este vaso, junto con el de los 11 dioses, también de Naranjo. mencionan al dios asociado con la guerra, Bolon Yookte' K'uh. El texto narra que “en el 4 Ahaw 8 Kumk’u fue ordenado todo, su centro es negro,” (Chan Ahaw Waxak Kumk’u tzakhi Ek’-u-Tan). El nombre del lugar, Ek’-u- Tan, se refiere al estado de antes de la creación del Universo, como negro porque el cielo no había sido levantado del mar primigenio.

(Izq.) Representación del Yax'cheé (Ceiba), y los 4 Bacab en las esquinas deteniendo la tierra y cada uno de los 13 niveles de Caan (cielo) tiene su Oxlahuntikú o dios, con Hunab’Kú (padre de los gemelos y dios del Maíz) en el tope. La tierra (Cab) representada como un caimán, con sus Tzultacah o dioses (se desconoce el número), y Xibalbá o inframundo con nueve niveles y sus dioses o Bolon Ti Kún siendo Ah Puch, el dios de la muerte en el último nivel. Ver Religión Maya

(Derecha) Códice de París: Muestra la creación; note la Ceiba al Centro, la creación del cielo y tierra es un motivo central de la religión y cosmología Maya.


La creación del mundo actual y la humanidad, fue solo un acto en el ciclo eterno de nacimiento, muerte y renovación. Los ciclos de las estaciones y las estrellas en sus recorridos, son reflejos de ésta danza cósmica.


Yo creo que toda imagen importante del simbolismo cósmico de los Mayas, es probablemente un Mapa del cielo. . . . [Los] patrones en la Vía Láctea y las constelaciones estaban directamente relacionadas con la visión Maya de la creación (Linda Schele en Freidel, Schele and Parker, Maya cosmos)
El Popol Vuh preservó ésta tradición de creaciones sucesivas u orden de los mundos. De Acuerdo al Popol Vuh, los dioses crearon a los humanos para que los adoraran, pero sus primeros tres esfuerzos, fueron fallidos, La tercera raza fallida hecha de madera, fue destruida por una inundación universal.
El mundo antediluviano, fue regido por Itz'am Ye o Vukub-Cakix, para los K'iché "Siete Guacamayo," quien tomó el lugar del sol. Para preparar la creación de los verdaderos humanos el reinado de éste tenía que ser terminado, lo que fue logrado por los Gemelos Héroes, Hunahpú e Xbalanqué, quienes derribaron a Vucub Caquix, de su árbol.
Itz'am Ye, (Vucub Caquix) en el árbol y Hunahpú le dispara con su cerbatana.
Los K’iche’ aún hoy, identifican las siete estrellas de la Osa Mayor con Vuqub Caquix (Siete Guacamayo). En el ocaso del 13 de Agosto, la Vía Láctea esta casi vertical y la Osa Mayor es visible en el Cielo norteño del mundo Maya. Pero al rotar el cielo, la Vía Láctea se aleja de su posición vertical y la Osa Mayor se esconde en el horizonte, 2 horas después del ocaso: Vucub Caquix es derribado de su percha en el árbol del mundo-
Entre los K’iche’, el descenso del la Osa Mayor en Agosto justo después de la puesta del Sol, marca el inicio de la temporada de Huracanes, cuando vienen las inundaciones.
Plato ceremonial del Clásico. El dios del Maiz, ayudado por los Gemelos, emerge de una concha de tortuga, como una mazorca de maíz. El se convierte en el árbol de la vida. Las Imágenes del dios del maíz resucitado, ya aparecen en los murales de San Bartolo. (100 DC).

Noche de Ago. 13, media noche, viendo al norte. El cocodrilo Cósmico.
El cielo del viejo orden cae cuado Vucub Caquix fue abatido y la gente de madera fue destruida. El cielo del nuevo mundo solo puede emerger por medio de un sacrificio. Los dioses crearon al nuevo mundo por medio de su propio sacrificio., su sangre nutre el árbol de la vida, Este ritual renueva al mundo reestableciendo el orden del cosmos y la creación. Los Mayas, al igual que las otras culturas Mesoamericanas, creían que los sacrificios de sangre pagaban su deuda con los dioses.
La creación Maya, varía con el tiempo, aunque siempre cuentan de la derrota y sacrificio de uno o más dioses. En los libros posclásicos del Chilam Balam los dioses de los 13 cielos son capturados por los dioses de Xibalbá, En el Popol Vuh, y los Murales Pre-Clásicos de San Bartolo, el dios del maíz, Hun Hunahpú, el padre los Gemelos Héroes, viaja a Xibalbá, donde es derrotado por los dioses del inframundo, en un juego de pelota ritual y luego sacrificado. En el códice de Dresden el sacrificio del dios del maíz parece ser el acto que hace nacer al nuevo mundo,. En el Popol Vuh, el es rescatado por sus hijos y es su resurrección lo que renueva al mundo, como esta pintado en los Murales de San Bartolo. Los K’iche’ aún llaman a la Vía Láctea Xibalbá be´ "El Camino al inframundo"
Un hueso grabado de Tikal muestra al dios del Maíz (O a un rey vestido como tal) llevado al inframundo en la canoa Cósmica. Los remeros llamados de acuerdo a sus vestimenta son el Remero Jaguar y El Remero Mantarraya, otro grabado muestra a la canoa hundiéndose.

Noche de Agosto 13, 3 hrs después de la medianoche, viendo al Sur y la Canoa Cósmica. A la medianoche del 13 de Agosto, la Vía Láctea atraviesa el cielo de este a oeste, representando la caída del cielo, una gran mancha negra es visible en ella, una puerta al inframundo. Este es el cruce de caminos en el que Hun Hunahpú desaparece cuando entra al camino negro hacia Xibalbá. Estos caminos se interpretan a veces como rutas de canoas, cerca de las 3 AM, Linda Schele, identifica la parte visible de la Vía Láctea con la canoa Cósmica, ilustrada en el Arte Maya de Tikal, que conduce al dios del maíz, a través del inframundo hasta el lugar de su resurrección, el corazón de la Creación, en Orión. Aquí el cielo de la Nueva Era se elevará, mientras la Vía Láctea vuelve a ascender en el Horizonte, y la canoa parece hundirse. (Dibujo Linda Schele)
Códice de Dresden (p. 3) Muestra al árbol del Mundo, (Ceiba o Yax'cheé) emergiendo del cuerpo sacrificado del dios del maíz, La Vía Láctea/Arbol del Mundo, es la ruta entre El Cielo, La Tierra y el Inframundo.

Hacia el amanecer del 14 de Agosto, la constelación de Orión se mueve hacia el zenit. Los K'iche' aún se refieren a la triada de 3 estrellas de Orión, como las "Piedras del Cielo" y a la nebulosa que se observa debajo del cinturón de Orión, "El Humo del Corazón" a Orión se le llama las estrellas tortuga (ak' ek), que aparece en el Códice de Madrid, como una tortuga con tres glifos de Tun (piedra), en su espalda. Debido a que el cielo aún no ha sido elevado, el corazón es un lugar tanto del cielo como de la tierra. La Concha de Tortuga es un símbolo de la tierra como lo es la espalda del cocodrilo al pié del Arbol del Mundo. Aquí es el lugar de la creación, de donde nacerá el nuevo Mundo. Ver Astronomía Maya
Reproducción de Jade de un Plato mostrado a la Tortuga de la Creación
Mascaras de estuco del Pre-Clásico, descubiertas Recientemente en Cival, Petén, Guatemala (200-150 AC) muestra al dios del sol adornado con mazorcas de maíz, sugiriendo que el dios del Sol/Maíz era el que elevaba el cielo, una función doble que posteriormente se asignaron a dioses diferentes. Otras características sugieren a Yax Balam ("gran jaguar"), como el sol del inframundo. Un tema común del arte Maya Pre-Clásico, representa a el gobernante usando un tocado que muestra a Itzám-Yé, la principal deidad ave del inframundo, el gobernante puede representar al sol que se eleva tras derrotar al falso sol, 7 Guacamayo, o Vucub Caquix.


Cosmología Azteca

El universo azteca estaba dividido en dos mundos, el horizontal y el vertical. El mundo horizontal se extendía en cinco direcciones partiendo del centro y hacia los cuatro puntos cardinales. Cada dirección era dominada por una deidad con características geográficas y supersticiosas distintas y le era asignado un color.
El oriente era el territorio del dios Tláloc y de Tlahuízcalpantecuhtli (la estrella matutina) y llevaban el color rojo, el sur correspondía a Huitzilopochtli con el color azul, el occidente pertenecía a Quetzalcóatl y era blanco y el norte a Tezcatlipoca siendo su color el negro.
Tenían en la conformación del mundo los paraísos y los infiernos, siendo nueve paraísos que con el tiempo se transformaron en trece y en éstos habitaban los dioses según su jerarquía, por ejemplo podemos citar el paraíso de Tláloc, donde acudían los que morían ahogados o fulminados por un rayo, los guerreros y las mujeres que morían al dar a luz, eran tratados igualmente (como valientes al servicio de los dioses) y tenían un paraíso especial que compartían, el resto de los mortales iban a un lugar "comunitario" que era el Mictlán.
Dioses más importantes
Entender la gama de dioses aztecas es muy difícil, pues el panteón azteca es muy amplio, pero podemos agruparlos de acuerdo a ciertos rasgos característicos que los identifican:
Los dioses mayores donde encontramos a Huitzilopochtli o Colibrí del sur, dios de la guerra y la deidad tutelar de Tenochtitlán. Tezcatlipoca o Espejo humeante, el dios siempre joven y todopoderoso, patrón de Texcoco y Chalco. Quetzalcóatl o Serpiente de plumas de quetzal, dios de la sabiduría, del sacerdocio, del viento (Ehécatl), del planeta Venus y con funciones de creador de la humanidad.
Los dioses relacionados a la fertilidad, que a su vez se subdividen por tres características, los creadores, los de la fecundidad y los de la lluvia y la humedad.
Los creadores son: Tonacatecuhtli, Ometecuhtlí, Tloque, Nahuaque (el Señor que siempre está cerca) y su esposa Tonacacíhuatl u Omecíhuatl.
Los de la fecundidad: Tlazoltéotl (Diosa de la inmundicia), estimada como la Madre Tierra y venerada bajo distintas advocaciones; Chicomecóatl (Siete serpiente), diosa del Maíz; Coatlícue (La de la falda de serpiente) , diosa de la Tierra que estaba asociada con la primavera;' Xochiquétzal (Quetzal florido), diosa de las Flores: Xochipilli (Príncipe de las Flores) o Macuilxócbitl (Cinco flor), dios del Placer, de las Fiestas y de la Frivolidad; Xipe Tótec (el desollado), dios de las Sementeras y de la Siembra, patrón de los orfebres.
Los dioses de la lluvia y la humedad son encabezados por Tláloc, dios de la lluvia con sus ayudantes los Tlaloques y Chalchiuhtlicue (La de la falda de jade), diosa del Agua.
Otro grupo corresponde a los dioses del fuego, siendo los más importantes Xiuhtecuhtli (Señor del año o de la Turquesa) o Huehuetéotl (Dios Viejo), dios del Fuego y la diosa Chantico, asociada con el hogar y el fuego volcánico.
Los dioses planetarios y estelares estaban representados por: el dios solar Tonatiuh (el Sol), estrechamente relacionado con Huitzillopochtli y con Tezcatlipoca; Metztli (la Luna), diosa o dios lunar identificable a veces con Tezcatlipoca; Tlahuizcalpantecuhtli (Dios del Alba), Venus, la estrella de la mañana, que era un aspecto gemelo de Quetzalcóatl.
El último grupo son las deidades de la muerte y de la tierra donde sobresalen Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl (Señor y Señora de la Región de la Muerte), dioses de la Muerte; Tlaltecuhtli (Señor de la Tierra) , monstruo de la Tierra que personificaba a ésta en contraste con el sol.